Tras juntarnos todos los participantes y tomar los cafés de rigor, comenzamos la ruta poco antes de las 9:30 tomando una pista de tierra por la que dejamos el pueblo a nuestra derecha y que discurre más o menos paralela al curso del arroyo del Palomar.
Al llegar a un depósito de agua abandonamos la pista para tomar una trocha que, en dirección NO, comienza a remontar la ladera. Pronto necesitamos hacer una parada técnica para quitarnos ropa, ya que el día era excelente, con un sol radiante, y con temperaturas más altas de las que en un principio pensábamos que íbamos a tener.
Un pequeño despiste nos hace tomar un camino equivocado, que solventamos sin incidencias con un corto atroche campo a través hasta salir a la senda correcta. Estamos ya sobre la cota de los 1400 metros y el manto de nieve es continuo. La pendiente comienza a endurecerse, la nieve está blanda, y nos vemos obligados a ir abriendo huella aunque con menos dificultad de la esperada.
Poco antes de los 1600 metros de altitud cruzamos el arroyo del Palomar y en breve llegamos a una pista de tierra en las inmediaciones del área recreativa El Mirador, donde hacemos un tentempié.
Aquí afrontamos el tramo más duro de la ruta, pues la pendiente se endurece y no hay huella abierta. Tratando de buscar los lugares más cómodos para avanzar llegamos, no sin esfuerzo, al mirador que hay en lo más alto de este risco. Sitio perfecto para hacer un segundo tentempié y reponer fuerzas, disfrutar de las vistas, y hacernos unas fotos de grupo.
Siguiente objetivo del día: las Lagunillas, en el pequeño circo glaciar que hay a los pies del Nevero. Llegamos con más facilidad de la esperada, pues tuvimos la fortuna de encontrarnos una excelente huella abierta que nos dejó en este punto sin apenas esfuerzo. El entorno, completamente cubierto de nieve, espectacular.
Tras otra sesión de fotos remontamos, ya con algo más de esfuerzo, los últimos 100 metros que nos quedan hasta el vértice del pico del Nevero. Son aproximadamente las 13:45 h. Las vistas son increíbles en todas direcciones. El día magnífico. Cielo completamente despejado. Ni una nube. Tan sólo una ligera brisa fría que, a 2209 metros de altitud, hace que no podamos estar mucho tiempo parados. Nuevas fotos de grupo y nueva sesión fotográfica, y comenzamos el descenso por el cordal hacia el puerto de Navafría, mientras buscamos un lugar resguardado del viento para comer. Lo hacemos en un pequeño altillo situado a poco menos de 1 km. de la cumbre.
Tras la comida, continuamos el descenso por el cordal hasta el puerto de Navafría mientras disfrutamos de una completa panorámica de los Montes Carpetanos de frente. En el puerto, tomamos dirección S para descender campo a través siguiendo el curso del arroyo de Navarejo por un bonito y encajonado valle tapizado de pinos. Más abajo, la pendiente se suaviza y empiezan a hacer acto de presencia los robles. Sorteando los mismos, vamos buscando los mejores pasos unos 50 metros por encima del curso del arroyo que aquí se encajona completamente entre dos empinadísimas laderas, casi verticales, que hacen imposible el tránsito junto a su cauce.
Una vez que la ladera se suaviza, descendemos hasta el arroyo, donde tomamos un marcado camino y posteriormente un desvío por una trocha que nos saca a una pradera, ya muy cerca del pueblo. Aquí, otra pista de tierra nos deja en breve en el casco urbano, dando fin así a este espectacular recorrido.
Cabe destacar el buen ambiente y colaboración entre todos los miembros del grupo, así como la excelente integración de los tres nuevos socios que han participado en la ruta.
También es digno de mención el esfuerzo y tesón de Carmen, que encontrándose mareada en muchos momentos de la ruta, gracias a su esfuerzo y el apoyo y colaboración de los demás integrantes del grupo, ha conseguido completar una ruta tan exigente como esta. ¡Enhorabuena, campeona!
(Fotos de Mariano, Carmen e Ignacio)
Nota: Artículo redactado y publicado por Manuel de la T.
2 comentarios en “De Lozoya al Pico del Nevero”
Muchas gracias por tus palabras Manolo pero, sobre todo, muchas gracias por organizar una ruta tan preparada y bonita como la que disfrutamos.
Como bien dices, el entorno, las montañas, la nieve y el sol, unido a la fantástica compañía, hizo que resultase un día fantástico.
Y gracias a todos, una vez mas, por vuestro apoyo y ayuda en los momentos que los he necesitado.
Una bonita iniciativa este blog Manolo. Te seguiré! 🙂
Carmen Almazán
Gracias a tí Carmen, y a todos los demás por venir a la ruta.
Como sabes, este viernes parto para Nepal y voy a estar «desaparecido en combate» durante tres semanas, pero a la vuelta ya tendréis noticias mías. Tengo nuevas rutas para hacer, aparte de las que organicen otros compañeros y que me apuntaré sin duda.
Disfrutad de la nieve durante este tiempo.
Saludos.
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